La natación es el movimiento y el desplazamiento a través del agua mediante el uso de las extremidades corporales y por lo general sin utilizar ningún instrumento artificial. La natación es una actividad que puede ser útil y recreativa. Es beneficiosa para la salud tanto a nivel físico como psíquico. Es uno de los ejercicios más completos para trabajar tu mente y cuerpo, te mantiene en forma, fortalece tus músculos y tu memoria, por lo que es recomendable su práctica a cualquier edad. Como rutina física tiene una serie de ventajas: rebajar los niveles de tensión arterial, mejorar el funcionamiento de la actividad osteomuscular y la capacidad respiratoria. Fortalece los distintos tejidos del cuerpo, mejora la salud del corazón y la circulación sanguínea, previene y cura enfermedades como el asma, lesiones musculares nerviosas y relaja. Por lo tanto, mejora la calidad de vida. La natación es una actividad sin impactos, ni rebotes y sin movimientos bruscos que aporta seguridad, y su facilidad permite su práctica a personas que por distintos motivos no pueden practicar otros deportes. Mejora el sistema cardio - vascular, respiratorio, muscular y nuestra psique. Actúa contra el dolor en las lesiones y el envejecimiento siempre y cuando la técnica utilizada sea la correcta. La natación es un deporte aeróbico ya que se mueven de forma coordinada todos los grupos musculares y se mejora la resistencia. Sus usos principales son el baño, buceo, pesca submarina, salvamento acuático, actividad lúdica, ejercicio y deporte
Grandes de la natación
Almsick, Franziska van (1978- ), nadadora alemana, campeona del mundo y ganadora de cuatro medallas de plata en los Juegos Olímpicos.
Pese a ser la máxima figura de la natación femenina durante la década de 1990, la alemana Franziska van Almsick no pudo conseguir el
oro olímpico ni en Barcelona (1992) ni en Atlanta (1996). No obstante, las medallas logradas en dichas citas, así como su espectacular palmarés en distintas ediciones de los campeonatos de Europa y del Mundo, avalan una de las más brillantes trayectorias de este deporte en las últimas décadas.
Biondi, Matt (1965- ), nadador estadounidense, cuyas 11 medallas en tres ediciones de los Juegos Olímpicos, le convirtieron en uno de los mejores nadadores durante la década de 1980 y los primeros años de la de 1990.
Popov, Alexandr (1971- ), nadador ruso que, con ocho medallas olímpicas, posee uno de los mejores palmarés de la
historia de la natación.
López-Zubero, Martín (1969- ), nadador
español. Campeón europeo, mundial y olímpico, y plusmarquista universal en la prueba de 200 m espalda, está considerado el máximo exponente de la historia de la natación en su país.
Martín López-Zubero es el nadador más destacado de la historia de este deporte en
España. La
imagen recoge el feliz momento en que López-Zubero celebra su triunfo en la prueba de 100 m espalda durante el Campeonato de Europa celebrado en Atenas en 1991. En esta misma competición, logró otra medalla de oro (en 200 m espalda) y una de plata (en 100 m mariposa).
Muñoz Kapamas, Felipe Tibio (1951- ), nadador mexicano, primero de su país en conseguir una medalla olímpica de oro. En 1997 recibió la Orden Olímpica que reconocía su hazaña.
Otto, Kristin (1966- ), nadadora alemana que ganó seis medallas de oro en los Juegos Olímpico de 1988/
Gross, Michael (1964- ), nadador alemán, el mejor especialista en pruebas de mariposa de todos los tiempos y uno de los más laureados de la historia. Su elevada estatura y una extraordinaria
potencia derivada de su gran envergadura, le dotaron de una forma de nado muy característica, por la que recibió el sobrenombre de
El Albatros, ave marina a cuyos movimientos se asemejaba.
Spitz, Mark (1950- ), nadador estadounidense que ganó 7 medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Munich,
Alemania, de 1972.
Zorrilla, Alberto (1906- ), nadador argentino, primer campeón olímpico de natación nacido en Sudamérica
Para introducirse en el mundo de la competición, o la práctica deportiva, se han de tener unos conocimientos previos conseguidos con un adecuado
aprendizaje. Este ha de perseguir algunos
objetivos fundamentales, que comportan las distintas etapas dc este período.
FAMILIARIZACION CON EL AGUA
En primer lugar, se deberá conseguir que la
persona que desea aprender a nadar se familiarice con el nuevo medio. Esto se puede obtener mediante juegos acuáticos. Por ejemplo, a los
niños se les puede proponer el ejercicio de hacer burbujas sumergiéndose en el agua. Con ello conseguimos que el niño se familiarice con el agua y aprenda a expeler el liquido en un medio que
muestra más
resistencia que el aire. Otro ejercicio consiste en abrir y cerrar los ojos para conseguir que
el aprendizaje no tenga
problemas al poner en contacto los ojos con el agua.
Frecuentemente, se piensa que el niño debe hacer lo que desee en el agua, para que así se familiarice «naturalmente» con ella.
Sin embargo, ello puede resultar peligroso, y de la misma manera que a un niño pequeño no se le dejará bajar una pendiente muy pronunciada, al principiante no se le deberá permitir imprudencias.
Existen dos razones fundamentales para tomar esta
actitud:
- La primera consiste en una simple prevención de accidentes.
- La segunda consiste en evitar los nefastos efectos sicológicos que pueden producir estos accidentes.
Cuando una persona que comienza a nadar sufre un accidente, aparte de las consecuencias traumáticas, puede ocasionarle una prevención psicológica con el agua. Existen casos de personas que no han vuelto a introducirse en el agua porque se han atemorizado a causa de un pequeño accidente.
Por otra parte, se han de evitar los llamados «terrores de natación». En ocasiones, se deja a un principiante en el agua sin vigilancia evidente, pensando que reaccionará por sí solo y aprenderá a flotar. Sin embargo, lo que puede ocurrir es que al encontrarse indefenso, se aterrorice y tome verdadero
pánico al agua.
LA RESPIRACIÓN
Una vez se ha conseguido que el principiante pierda completamente el miedo al agua y mantenga un nivel de flotación aceptable, se le debe enseñar a respirar, tomando el aire por la boca y exhalándolo por la boca y la nariz bajo el agua.
Para el principiante, la mejor forma de aprender a respirar bajo el agua es la que se indica en el ejercicio siguiente:
- Situarse de pie, con las manos sujetas al rebosadero.
- Tomar aire por la boca y flexionar las piernas para que entre la cabeza dentro del agua.
- Expulsar todo el aire por la nariz de una manera continuada.
- Sacar la cabeza dcl agua y tomar aire nuevamente.
Mediante este ejercicio, el alumno aprenderá que al introducirse en el interior del agua, debe realizar una leve
presión para expulsar el aire y evitar la entrada de agua en los conductos respiratorios.
MOVIMIENTOS DE AVANCE
Cuando el alumno ya no teme al agua, sabe flotar y conoce la forma adecuada de respirar, se ha de iniciar la
enseñanza de los movimientos de brazos y piernas para desplazarse y avanzar en el agua.
Estos movimientos de tracción de brazos y batido de pies se le enseñarán mediante ejercicios adecuados, para que el alumno pueda nadar una distancia mínima. Una vez que conoce los movimientos correctos, se le enseñará a zambullirse, a tirarse al agua con zambullida desde el exterior y seguir nadando hasta el extremo opuesto de la piscina.
Cuando el principiante posee todos estos conocimientos puede considerarse acabada la fase de aprendizaje de la natación.
Las razones principales para la flotación consisten en que el
cuerpo humano tiene su peso especifico superior al agua. Este peso específico varía con la cantidad de aire que se tenga en los pulmones y según el peso de cada persona. Si los
músculos están relajados y respiramos normalmente, la flotación es posible.
EJERCICIOS DE FLOTACIÓN
Para enseñar las Diversas formas de flotación se practican los siguientes ejercicios:
FLOTAR BOCA ABAJO
- En una zona donde el agua no cubra, el alumno se sitúa de pie, extiende los brazos hacia delante e inclina el cuerpo hacia esa dirección, mientras inspira el máximo posible de aire.
- Mediante un impulso, se introduce la cara en el agua, aguantando la respiración.
- Esta posición se mantiene hasta notarse florar y cuando ya no se puede soportar la falta de aire, se expulsa por la nariz el que se tiene en los pulmones.
- Al final, se flexionan las piernas y se impulsa con las manos para volver a la posición inicial.
«LA PLANCHA» O FLOTAR BOCA ARRIBA
- Situados también de pie, en la zona que el agua no cubre y con los brazos a lo largo del cuerpo, se va echando la cabeza hacia atrás y los brazos hacia delante, hasta que el cuerpo queda flotando boca arriba.
- Esta posición no ofrece ninguna dificultad de respiración, por lo que puede mantenerse el tiempo deseado.
- Para retornar a la posición inicial, se presionan las manos hacia abajo, se levanta la cabeza y se flexionan las piernas. Este ejercicio sólo tiene el inconveniente de que el alumno, si lo realiza demasiado rápidamente, puede introducirse algo de agua en la nariz.
FLOTAR ENCOGIDO
- Estando de pie, se dobla el cuerpo hacia delante, se encogen las piernas hasta que los brazos rodeen a las rodilla y se toma el máximo de aire.
- Como consecuencia de estos movimientos, la cabeza se hunde en el agua y la cara esta muy próxima a las rodillas. Se retiene el aire al máximo tiempo posible mientras el cuerpo flota en esta extraña posición.
- Cuando no se resista más, se suelta el aire por la nariz, se abren los brazos para que las piernas se estiren y el cuerpo se eleva hasta recuperar la posición.
Una vez el principiante ha realizado en suficientes ocasiones estos ejercicios, se dará cuenta de que no resulta tan difícil sostenerse en el agua.
Estos ejercicios son fundamentales para la natación, ya que facilitan el
desarrollo de la caja torácica, ayudando a la
introducción de aire en los pulmones. La práctica de ejercicios respiratorios puede comenzar en edad muy tempana, por ejemplo, a los cinco años. Algunos ejercicios respiratorios son:
El nadador se sienta con las piernas rectas y juntas. Los brazos estirados hacia arriba y las manos juntas colocadas por detrás de la cabeza. Se inspira el aire, siempre, por la nariz y al mismo tiempo se estiran el tronco y los brazos. Se retiene un momento el aire y se expulsa idénticamente por la nariz. Lentamente, se retorna a la posición inicial.
Sentado con las piernas cruzadas y los brazos levantados, de tal manera que las manos se toquen por la punta en la nuca. Los codos están a la altura de los hombros orientados hacia delante. Al tomar aire se ha de inflar el pecho y hacer que los codos retrocedan. Cuando se exhala, los codos retornan a su situación anterior.